Presupuesto para Impulsar el Desarrollo

Después de que se aprobaron las fuentes y monto de ingresos de que dispondrá el gobierno federal para el próximo año, toca el turno al análisis y discusión de hacia dónde se destinarán dichos recursos. El presupuesto de egresos deberá aprobarse a más tardar el próximo domingo, día quince de este mes y el tiempo para poder hacer la mejor asignación del gasto público parece estar demasiado acotado, lo que hace suponer que también será resultado más de la conjunción de los intereses de grupos políticos, que la mejor decisión para impulsar una dinámica recuperación económica.
La perspectiva para los próximos dos años, según organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, así como de distintos analistas nacionales es que la economía del país solo alcanzará a recuperar el nivel que se tenía al inicio de la gestión gubernamental de Calderón. De tal manera, el saldo en materia de crecimiento económico del sexenio sería similar al que se tuvo en el de De la Madrid, aunque en ése se tuvo que enfrentar la drástica caída de los ingresos petroleros, el gran endeudamiento externo, la restricción de los mercados de capital y los efectos del sismo de 1985.
El gran crecimiento de la burocracia, la falta de empleo y de ingresos que impulsan un cada vez mayor gasto social, así como la dependencia de los gobiernos estatales y municipales de las transferencias del gobierno federal, constituyen factores que limitan la posibilidad de reasignar el gasto propuesto por el Presidente Calderón.
Así como cada vez existe un mayor consenso sobre la necesidad de llevar a cabo una redefinición de la estructura tributaria del país, con acuerdos de todos los sectores sociales, para contribuir al sostenimiento gubernamental; es necesario que se precise el papel que debe desempeñar el Estado en la conducción de las actividades políticas, económicas y sociales.
Realmente, lo que se requiere es replantear el modelo de desarrollo del país, sobre lo cual, a nivel de declaraciones, existe una cada vez mayor coincidencia entre distintos actores económicos y políticos. Sin embargo, se corre el riesgo de que en la medida que el ritmo de la economía se comience normalizar sea menos imperioso redefinir el rumbo del país, de tal manera que las modificaciones coyunturales actuales solo servirán para que la actividad productiva siga al vaivén de las fluctuaciones de los mercados mundiales.
Hasta ahora solamente el Banco de México es quien ha respondido de manera efectiva ante la recesión, flexibilizando su política monetaria para, más allá de su obligación de controlar el crecimiento de los precios, buscar también generar un efecto favorable en la producción.
Por su parte, a nivel gubernamental, sin que se requieran mayores cambios estructurales, se deberían llevar a cabo acciones para lograr que la administración pública sea más eficiente y que el gasto de inversión se ejecute oportunamente. Asimismo, se requiere la decisión de que la banca de fomento desempeñe nuevamente el papel de impulsor de las actividades económicas que tiene bajo su responsabilidad, sea el comercio exterior, las actividades empresariales, el turismo, la producción rural, la vivienda o las obras públicas.
Las modificaciones que los diputados puedan hacer a la propuesta de presupuesto poco abonaran a favor de que éste se convierta en un instrumento para impulsar el desarrollo del país, si el ejecutivo federal no emprende acciones que eliminen obstáculos, tanto para la inversión privada como para la pública, así como si no toma la decisión de convertirse en conductor de las actividades económicas del país, regulando, complementando, vigilando y utilizando el funcionamiento del mercado.

No hay comentarios: