Nuevo Modelo Productivo para el Sector Rural

Ahora que se acaban de dar a conocer las cifras sobre la drástica reducción económica durante el primer semestre del año, así como de los altos niveles de desempleo que se han alcanzado, se pone de mayor relieve la ineficacia de las políticas públicas incoherentes, que adolecen de un mínimo de planeación y de visión de conjunto y de largo plazo en la acción gubernamental.
La proliferación de programas de subsidios de corte clientelar y asistencial que ha caracterizado a los dos últimos gobiernos federales, sólo han conseguido paliar momentáneamente los niveles de pobreza y marginación, al grado de que en los dos últimos años, aún cuando la economía mundial no entraba en recesión, la pobreza en el país aumentó en cerca de cinco por ciento, según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y del Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (CONEVAL).
Al parecer, los únicos programas que aumentan la población objetivo a que van dirigidos son los que opera la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL), ya que a mayor cantidad de pobres, más beneficiarios potenciales deben atender sus programas y más recursos abultan su presupuesto.
Ante este panorama, llama la atención la visión del subsecretario de Fomento a los Agronegocios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Jeffrey Max Jones Jones, quien se encuentra empeñado en reconvertir los subsidios que se destinan al sector rural. El planteamiento consiste en reconocer que los subsidios generan inequidades y no siempre se destinan a quien más los necesita. De hecho, el subsecretario Jones reconoce que algunos productores rurales reciben apoyos hasta 70 veces, mientras que otros se quedan rezagados.
La propuesta consiste en que los 70 mil millones de pesos que anualmente destina SAGARPA a subsidios, se canalicen a apoyar proyectos productivos con orientación de mercado que generen mayores ingresos a los productores y que beneficien a los consumidores. El campo mexicano debe convertirse en un sector competitivo y redituable que ofrezca empleos remuneradores a través de la integración de cadenas de valor en los sistemas producto.
La importancia de esta propuesta se puede aquilatar en la coyuntura actual en que se prevé una contracción en los ingresos públicos y en que se requieren esfuerzos para hacer un ejercicio más eficiente del gasto. La política monetaria está llegando a su máximo nivel de flexibilización, según lo ha anunciado el Banco de México, mientras que en materia fiscal se ve difícil aumentar los ingresos tributarios o aumentar mayormente el endeudamiento público.
De tal manera, se impone una reconversión del gasto público, no solo en el sector rural, sino también en los programas de infraestructura y de apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Asimismo, una pieza fundamental para lograr la recuperación del dinamismo económico se encuentra en la canalización de recursos crediticios por parte del sector bancario y en una intensa actividad de auténtico fomento económico por parte de la banca de desarrollo.
La propuesta del subsecretario Jones es un primer paso que se encuentra acorde a lo que la nueva mayoría del PRI en la Cámara de Diputados pretende definir como la nueva vía del desarrollo nacional.

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