El Sol de México
2 de mayo de 2008
Miguel González Ibarra
A finales de la semana pasada se llevó a cabo un seminario sobre la necesidad de modernizar el sistema financiero latinoamericano, y en forma específica de nuestro país, para permitir que se incluya a núcleos de la población y regiones que hasta la fecha no cuentan o tienen poco acceso a los servicios financieros.
El seminario estuvo organizado conjuntamente por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericano (CEMLA) y por el Banco de México, dirigido a los niveles técnicos de las instituciones financieras y a grupos académicos interesados en el tema y fue inaugurado por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz y por el Director del CEMLA, Kenneth Coates.
Los expositores fueron funcionarios de los bancos centrales de distintos países, como fue el caso de Argentina, Brasil, España, la Unión Europea, la Reserva Federal de Estados Unidos, y de México así como del Banco Mundial. De igual manera, participaron los profesores Ronald McKinnon y Michael Barr de las Universidades de Stanford y de Michigan, respectivamente, así como el subsecretario de Hacienda, Alejandro Werner, directores generales de esa dependencia y directivos de bancos que operan en el país, tanto comerciales como de desarrollo.
En medio de los problemas financieros ocasionados por las fallas de mercado y de supervisión, producto de las subestimación de los riesgos en los créditos hipotecarios de baja calidad otorgados en Estados Unidos, se planteó la conveniencia de extender los servicios bancarios, tanto de crédito como de ahorro e inversión, a un mayor número de personas en los distintos países latinoamericanos.
Una mayor bancarización que amplíe tanto la cobertura, como la gama de productos que se ofrecen a todos lo usuarios, actuales y potenciales, supone un reto tecnológico, de educación y de generación de una cultura financiera.
Ante la inconveniencia de que la bancarización se apoye en un sistema de susidios, lo más adecuado consiste en bajar los costos que supone llevará a cabo los servicios financieros a poblaciones rurales y comunidades aisladas. De tal manera, la tecnología para establecer terminales de punto de venta (TPV) y el sistema de negocios que funjan como corresponsales de la banca, se considera que es camino para ofrecer créditos y productos de ahorro e inversión en mejores condiciones que las que se tendría si se establecieran sucursales o incluso de cajeros electrónicos.
La idea de que la banca se auxilie de una serie de agentes económicos que funjan como dispersores del crédito y recuperadores del mismo, ha venido siendo objeto del programa de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de Financiera Rural para facilitar el acceso a los servicios financieros en las zonas rurales. Actualmente, se busca ampliar estas funciones de dispersión y recuperación de crédito a las de ahorro e inversión. La mayor cobertura bancaria se busca lograr, también, a través de que las TPV se conviertan también en captadores y distribuidores de recursos, lo cual se reforzará con la reciente incorporación de los bancos que se encuentran ligados con establecimientos de carácter comercial.
El otro reto, consiste en generar, desde los niveles básicos de preparación escolar, una educación financiera que permita a la población aquilatar las ventajas y condiciones de los distintos productos y mecanismos de ahorro, pero también asumir las responsabilidades y ventajas que se derivan de la utilización del crédito. Al respecto, la Asociación Mexicana de Bancos (ABM), así como las principales instituciones de crédito que operan en país, tales, como Banamex, Bancomer y Santander, han emprendido una serie de acciones para apoyar la educación financiera.
En forma similar al National Council for Economic Education de Estados Unidos, la Secretaría de Educación Pública, el Banco de México y los principales centros de educación superior del país, se han dado a la tarea de generar materiales para la enseñanza y programas de capacitación para grupos específicos y para la población en general. De manera especial, se debe reconocer la labor que viene desarrollando el Museo Interactivo de Economía (MIDE), proyecto impulsado por el Banco de México para construir el primer museo de este tipo en el mundo y que ahora amplia sus actividades a la divulgación y capacitación para todo tipo de población y para distintos niveles de preparación.
El seminario permitió concluir que la alta correlación que existe entre el nivel de desarrollo y bienestar con el nivel de bancarización, es posible lograrla en nuestro país y en toda Latinoamérica, a pesar de las turbulencias que de tiempo en tiempo se presenta en los mercados, si se sustenta en una sólida cultura financiera.
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n683775.htm
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