Bancos de nicho y bancos tienda

El Sol de México

15 de mayo de 2008

Miguel González Ibarra

El país sigue sufriendo las consecuencias de la falta de un sistema de intermediación financiera y de distribución de medios de pago socialmente eficiente, lo cual arroja que existan bajos índices de bancarización, escaso financiamiento al sector productivo, altos costos de los servicios financieros y una deficiente atención a los usuarios de la banca. Sin embargo, los bancos que operan en México están asombrando al agitado mundo financiero internacional por el crecimiento sostenido y su muy elevada rentabilidad, así como por la gran solidez que demuestran.

En diferentes reuniones en torno al tema, sostenidas en los últimos días, se reconoce que en el país existe el más bajo índice de oficinas bancarias por un millón de habitantes, índice que llega sólo a 0.4. Adicionalmente, se estima que es el país emergente en el cual se utiliza en mayor medida el dinero en efectivo, frente a la alternativa de llevar a cabo operaciones electrónicas. Al respecto, el Banco de México no ha dejado de insistir en lo elevado que resultan las comisiones y las tasas de interés que cargan los bancos para las operaciones financieras y crediticias que realizan los usuarios de la banca, así como sobre la concentración de riesgos que se está dando en un sobre-explotado nicho de crédito al consumo mediante tarjetas de crédito.

La contradictoria situación que han generado las instituciones crediticias se debe a la falta de una real competencia que conduzca a mejorar la calidad de los servicios y a disminuir los costos de los mismos, lo cual ayudaría a redireccionar el flujo de recursos financieros hacia actividades empresariales.

La estrategia que ha diseñado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, consiste en determinar las áreas y segmentos que se encuentran insuficientemente atendidos, con el fin de buscar que surjan nuevos intermediarios financieros, con su respectiva regulación y su sistema de vigilancia que evite prácticas y operaciones inadecuadas.

De tal manera, durante los últimos dos años se han autorizado quince nuevos bancos, con lo que ya suman 42 las instituciones de esta naturaleza. Asimismo, se ha adecuado la legislación para fortalecer a las sociedades e instituciones financieras dedicadas al ahorro y crédito popular, al mismo tiempo que se han emprendido distintos programas para fortalecer la operación de las organizaciones financieras, con el fin de que presten mejores servicios y que consoliden su vida institucional.

En esta estrategia hay que destacar las figuras de los bancos que tienen acotadas sus facultades y servicios que pueden ofrecer, pero que se especializan en determinados segmentos y nichos de mercado. Tal es el caso de los conocidos como bancos de nicho y los bancos tienda, que buscan fortalecer los servicios de medios electrónicos de pago, atender específicamente un tipo de operaciones o bien que se dedicarán a la banca de menudeo para los estratos de menores ingresos. En estos tres huecos en la cobertura bancaria se han autorizado recientemente trece nuevas instituciones, entre las que destacan las ligadas a algún tipo de actividad comercial, como es el caso de los bancos de Wal Mart, Vokswagen, Chedraui, Coppel, FAMSA, BAM (autofinanciamiento) y Multiva (del Grupo Angeles).

La repercusión que tendrán estos nuevos bancos en la conformación del sistema se puede apreciar en el hecho de que se espera que por lo menos cuatro de ellos, que están ligados al comercio detallista, aumenten en 23 por ciento el número de sucursales y ventanillas para operaciones bancarias en todo el país.

El reto que supone este nuevo tipo de bancos se encuentra en lograr que se mantenga la separación operativa, organizacional e institucional entre los distintos negocios y actividades financieras que desarrollarán, así como que la publicidad y las promociones no induzcan a que se confunda y de pié a que exista una pérdida de independencia y autonomía de los bancos respecto de la actividad comercial, y finalmente, que la infraestructura con que cuentan las tiendas no represente una ventaja competitiva que distorsione el mercado.

La estrategia para generar una mayor competencia que permita disminuir los costos y mejorar la calidad de los servicios financieros, se completa con el fomento del sistema de corresponsalías. A través de las corresponsalías se busca que establecimientos comerciales se constituyan en auxiliares en la prestación de los servicios bancarios, sea en la distribución de medios de pagos, en la prestación de servicios de recepción de pagos por servicios, en el uso de medios electrónicos, y hasta para que funjan como dispersores de créditos.

miggoib@servidor.unam.mx

http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n699087.htm

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