El Sol de México
29 de mayo de 2008
Miguel González Ibarra
El comportamiento de la economía del país durante el primer trimestre del año fue menos dinámico de lo que se esperaba, aún si se considera el crecimiento sin los elementos de carácter estacional. Los factores que originan que sea menor el ritmo de expansión de las actividades productivas son tanto de orden externo como interno.
Uno de los resultados de la desaceleración económica que generan mayor preocupación es la menor creación de empleos formales, al mismo tiempo que se hace presente la amenaza de los mayores precios internacionales de los energéticos y de las materias primas, fundamentalmente las relacionadas con la producción de alimentos, que podría desatar un repunte inflacionario y deteriorar el nivel de bienestar, agravar la concentración del ingreso y de pobreza.
Ante este panorama, la primera medida que anunció el presidente Calderón, fue el programa de apoyo contra la crisis alimentaria, que comprende acciones coyunturales para paliar los efectos del incremento y posible desabasto de productos alimenticios, así como otras para fomentar una mayor producción agropecuaria.
Las opiniones que consideraron que las anteriores eran sólo medidas parciales, ahora tienen ante sí las propuestas del Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2008-2012 (Pronafide) que busca que la inversión se aumente, durante el periodo, a más del 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), con el fin de reactivar la generación de empleos formales y que se pueda alcanzar hacia el final del sexenio, un crecimiento económico de 6.2 por ciento anual y reducir sustancialmente los niveles de pobreza alimentaria.
Las propuestas para que la economía mexicana sea más competitiva y dinámica, parten de la necesidad de que se cuente con factores transversales, como la estabilidad macroeconómica, política y social, la seguridad y el fortalecimiento del Estado de Derecho, así como la generación de un mayor y mejor capital humano. A su vez, los factores económicos y financieros que contribuyen a alcanzar los objetivos de desarrollo, se refieren, fundamentalmente a que el sistema financiero cumpla con su función social de intermediación y eficiente asignación de los recursos, en condiciones competitivas. Adicionalmente, se considera indispensable que exista una mayor eficiencia y eficacia fiscal, tanto en la captación impositiva como en la asignación y ejercicio del gasto.
Las medias que se proponen en el Pronafide para que el país cuente con un mejor sistema financiero y que canalice mayores recursos a la inversión productiva, a la creación y modernización de infraestructura y a la construcción de vivienda, permitirán que, durante el periodo, se tenga un 1.3 por ciento adicional de crecimiento sobre el promedio que se ha venido registrando en los últimos años. De tal manera, la Secretaría de Hacienda propone aumentar el ahorro interno en 2.1 puntos porcentuales respecto del PIB, mejorando la captación bancaria en condiciones y con mecanismos que hagan atractiva a la población ahorrar a largo y mediano plazo. La mayor penetración bancaria que se pretende lograr, ayudará también, a que los medios de pago sean cada vez más de tipo electrónico, lo que, según el Banco de México, podría en el largo plazo generar un ahorro de dos por ciento del PIB.
Entre las medidas financieras propuestas destaca la decisión, que ha enfatizado el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, de que la banca de desarrollo recupere el papel de fomento, convirtiéndose nuevamente en un importante instrumento para promover e impulsar la inversión privada, la producción y el empleo, favoreciendo la creación de mercados financieros para los sectores de la población que tienen poco acceso o están insuficientemente atendidos en la actualidad por el sistema financiero.
En materia fiscal se confirma la determinación de que el gasto público sea sujeto a un sistema de evaluación del cumplimiento de metas específicas, mediante indicadores y compromisos de desempeño. Al respecto, sería conveniente que no se sujetara a este sistema solamente el gasto de los programas que se ejecutan conforme a reglas de operación, sino que fuera todo el gasto que ejercen las dependencias, incluida la propia Secretaría de Hacienda, lo cual implica la evaluación del cumplimiento de las metas propuestas en el Pronafide.
Asimismo, resultaría benéfico para el país si se pudieran llegar a convenir compromisos con el sistema bancario para que se cumplan metas de apoyo a sectores productivos, mejoras en los servicios y en las condiciones de éstos, así como su contribución al desarrollo del país. Con este tipo de compromiso por parte de las instituciones financieras se ampliaría la rendición de cuentas a la sociedad tanto del sector público como de las instituciones bancarias que también manejan recursos del público y que merece un informe más allá de los resultados financieros que rinden a sus accionistas.
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n715730.htm
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