Eficiencia contra calidad bancaria

El Sol de México

6 de marzo de 2008

Miguel González Ibarra

La competencia entre las instituciones financieras, fundamentalmente los bancos, las ha impulsado a una carrera en la búsqueda de la eficiencia y la disminución de costos de operación, lo cual se refleja en una cada vez menor relación entre el número de empleados respecto de los clientes y de las transacciones que atienden. Gracias al avance tecnológico, el procesamiento de la información crediticia, la promoción de sus servicios y el propio acceso de los usuarios a los portales de la banca, las instituciones se han automatizado en demérito del contacto que tradicionalmente mantenían con sus clientes, con lo cual se origina una pérdida en la sensibilidad para el otorgamiento de créditos, en la calidad de los servicios y en la supervisión de los riesgos.

Como consecuencia de esta tendencia, las utilidades de la banca han aumentado constantemente, aunque también son cada vez mayores los riesgos morales en que incurren, mediante la manipulación de la información por parte de sus directivos o de la gerencia media. De tal manera, la solidez de las instituciones se erosiona, haciéndolas presa de operaciones dudosas que les generan fuertes descalabros, como recientemente sucedió con el banco francés Societé Générale.

Sin embargo, la dinámica en la que están inmersos los grandes bancos mundiales genera tanto la necesidad de una banca de fomento eficiente, como la oportunidad para instituciones más pequeñas que deciden especializarse en determinados nichos de mercado, en algún tipo de operación, en algún segmento del mercado o en alguna región. Estas instituciones en nuestro país han surgido bajo una gran variedad de figuras financieras, que van desde distintos tipos de dispersores de crédito, micro financieras, cajas y cooperativas de ahorro y préstamo, así como financieras populares, hasta las reconocidas como organizaciones auxiliares del crédito o las sociedades de objeto limitado (Sofoles).

El reto de las autoridades para supervisar a pequeñas empresas financieras, las has llevado a diseñar una estrategia que impuse su agrupación y crecimiento, con el fin de que se transformen en organizaciones de mayor tamaño, sin perder su flexibilidad y ventaja competitiva. En este esfuerzo destaca la labor que han venido desarrollando conjuntamente la subsecretaría de Agronegocios de la Sagarpa, a cargo de Jeffrey Jones, con Financiera Rural, que dirige Enrique de la Madrid, y el FIRA, fideicomiso del Banco de México para apoyo del sector agropecuario y cuyo responsable es Rodrigo Sánchez Mújica.

El éxito de esta estrategia, que forma parte de la política que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, ha puesto en marcha para apoyar la economía del país frente a la desaceleración norteamericana, se puede constatar en las cifras que ha dado a conocer el titular de la Unidad de Ahorro, Banca y Valores, Guillermo Zamarripa. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, ya son 428 las organizaciones que han migrado a la figura de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofom), con lo cual se convertirán en una opción, frente a los bancos, para muchos usuarios actuales y potenciales de servicios financieros, con lo cual se logrará una mayor penetración y competencia con una mejor calidad.

La banca de fomento es otro de los instrumentos para cubrir las fallas de la banca comercial, con lo que se convierte en un pilar fundamental del programa de apoyo a la economía, tanto para operar esquemas y mecanismos para nuevas actividades productivas, como por su labor para crear de una cultura financiera en el país.

Al respecto, la banca de desarrollo que atiende al sector rural ha venido retomando su papel de impulsora de las actividades productivas y del empleo, mientras que otras de las instituciones, a cargo de funcionarios de gran capacidad técnica, adolecen de la sensibilidad de lo que debe ser el fomento económico.

El caso más dramático es el de Nacional Financiera, que desde el sexenio anterior ha estado a cargo de un banquero comercial, más preocupado por las utilidades financieras que por generar nuevas fuentes de producción y de empleo. La situación en esta institución, como banca de desarrollo, tenderá a deteriorarse con la salida del único funcionario con experiencia y capacidad en materia de fomento. Federico Patiño acaba de dejar la dirección adjunta de Nacional Financiera para hacerse cargo del Fondo Nacional de Infraestructura. La pérdida de Nacional Financiera se convierte en una garantía para el éxito del programa del presidente Calderón que busca reactivar el mercado interno y paliar los efectos de la desaceleración de Estado Unidos.

miggoib@servidor.unam.mx

http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n619261.htm

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