El Sol de México
12 de junio de 2008
Miguel González Ibarra
La inestabilidad económica mundial y las repercusiones sobre las actividades productivas del país, así como sobre el aumento de la inflación, han generado en los últimos días una serie de propuestas divergentes acerca de la política monetaria y del ejercicio presupuestal.
La recomendación del presidente Calderón para que el Banco de México flexibilice la política monetaria bajando las tasas de interés, ha contado con el apoyo de los secretarios de Hacienda y de Economía. La intención es que pueda aumentar el volumen de crédito que se canalice a fortalecer la demanda y la oferta productiva, con lo que se impulsaría el mercado interno y se haría frente al desfavorable panorama internacional. Sin embargo, el mercado financiero ha dado un respuesta contraria, ya que ante la expectativa de un aumento en la inflación, las tasas de interés en el mercado secundario han venido aumentado, lo cual se reflejó, marginalmente, en la colocación primaria de CETES subastada esta semana, gracias a una prudente intervención del banco central.
La amenaza de que la inflación pudiera rebasar el tope considerado por las autoridades monetaria y dar origen a una escalada de precios y salarios, se refleja en la recomendación que hace el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado para que no se relaje la política monetaria y para que no se trate de intervenir en la autonomía del banco central con miras a las elecciones que tendrán lugar el año próximo.
En lugar de que Banco de México disminuya la tasa de interés de referencia, la firma consultora Bursamética, considera que podría aumentar en un cuarto de punto porcentual en el corto plazo, con la posibilidad de otro aumento similar en el último trimestre del año si continúan las presiones en los precios.
Sin lugar a dudas que se requiere una disminución en las tasas de interés, pero no a costa de un incremento desmedido en la liquidez que generaría el relajamiento que se propone de la política monetaria. La existencia de un sector financiero ineficiente, que mantiene alto el costo del crédito, ya sea mediante comisiones o por el margen de intermediación, así como la priorización que otorga al consumo sobre el apoyo a las actividades empresariales, hace que la tasa de referencia que fija el banco central sirva solo como un instrumento de control de liquidez, más que como determinante del costo y de orientación del financiamiento.
La alternativa para mitigar los efectos generados por los desequilibrios que imperan en los mercados externos, consisten en la utilización de la política fiscal, vía el gasto público. De tal manera, el eficiente y oportuno ejercicio del presupuesto, así como su reorientación para apoyar con transferencias la economía familiar afectada por los incrementos en los precios de los alimentos, así como al transporte de personas y productos por los mayores precios de los combustibles, constituyen medidas de corto plazo que permiten que se asimilen los efectos desestabilizadores que generaría un ajuste abrupto en la estructura de precios relativos del país.
La expectativa favorable que había generado el programa para financiar la creación y modernización de la infraestructura del país, ha comenzado a disiparse ante los lastres que acarrea la sobre normatividad, según ha señalado la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
En este ambiente, cobran mayor relieve los esfuerzos de la Secretaría de Hacienda por modificar el proceso de asignación ejecución y evaluación del presupuesto, mediante un sistema que se base en resultados, completado con una de evaluación del desempeño. Este es el tema que se desarrolló, al inicio de la semana, en la Conferencia Internacional sobre Presupuesto Basado en Resultado (PbR) que reunió a especialistas de distintos países para discutir las experiencias obtenidas con este sistema presupuestal. Con la participación y el patrocinio del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo(BID), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), del Departamento para el Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) y de la propia Secretaría de Hacienda, funcionarios de todas las dependencias federales y de los gobiernos estatales atendieron los lineamientos que habrán de normar el ejercicio presupuestal desde este año, en pos de la eficiencia y oportunidad, en condiciones que requieren que todas las acciones y políticas públicas se orienten a fortalecer el aparato productivo y la generación de empleo.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n732225.htm
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