El Sol de México
28 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
El desarrollo económico del país, desde el siglo pasado, ha estado ligado estrechamente con el petróleo. La expropiación a las compañías extranjeras que lo explotaban desde la época del porfiriato, marcó un período de fricciones internacionales que pudieron atemperarse gracias al segundo gran conflicto armado mundial. A partir de entonces, la explotación y transformación de los hidrocarburos se han convertido en un símbolo de la independencia y de la soberanía nacional, así como en un fuerte soporte de la economía del país y de las finanzas públicas.
Una vez superado el reto tecnológico para llevar a cabo la extracción y transformación primaria del petróleo, gracias a los ingenieros y trabajadores del ramo mexicanos, dicho hidrocarburo ha venido funcionando como la base para proveer de energía a toda la planta productiva del país, así como para la vida diaria, ya sea en forma directa, como combustible, o transformado en energía eléctrica.
Durante la crisis devaluatoria de nuestra moneda a mediados de los años setenta, el petróleo se convirtió en la palanca para impulsar, de nueva cuenta, el desarrollo nacional, generándose lo que llamó una "petrolización" de la economía. Adicionalmente, llevó a crear una bonanza efímera que desajustó nuestra relaciones con el exterior, acumulando una enorme cantidad de deuda externa, gran parte de la cual se destinó a proyectos de explotación, distribución o transformación primaria y secundaria de los hidrocarburos con proyectos que resultaban viables con los altos precios del petróleo y las tasas de interés moderadas que prevalecían en ese momento. Sin embargo, con el descenso de los precios a principios de los años ochenta y la elevación de las tasas de interés, una gran cantidad de proyectos petroleros se quedaron inconclusos generando, además, la obligación de pagar intereses y el capital de los préstamos que se obtuvieron para llevarlos a cabo.
La crisis de la deuda externa que se generó, tuvo que solucionarse mediante largos y penosos procesos de renegociación, en los cuales siempre estuvo como garantía explícita o implícita la riqueza petrolera del país. En este período, de casi nulo crecimiento del país y ante la necesidad de equilibrar las finanzas públicas, el petróleo se convirtió en la principal fuente que contribuía al erario público, lo cual llevó a considerar que las finanzas públicas se habían "petrolizado"
La apertura comercial y sobre todo la firma del Tratado de Libre Comercio del Norte de América (TLC), permitió que la importancia del petróleo en el comercio exterior del país disminuyera en términos relativos , así como dentro del valor total de la producción nacional. Sin embargo, no fue sino hasta las recientes modificaciones tributarias que las finanzas públicas comienzan a dejar su alta dependencia de los ingresos petroleros.
Durante el período de ajuste y de las iniciales reformas estructurales se dejó de invertir en la ampliación modernización y mantenimiento de las instalaciones de explotación, distribución y transformación primaria y secundaria de los hidrocarburos, a más de dejar descuidada la actividad de exploración. De tal manera, se registró, también, un atraso en la generación de tecnología nacional.
En la época del auge petrolero se recurrió un novedoso, en ese tiempo, mecanismo de financiamiento, que fueron los petrobonos, con los cuales se permitía que inversionistas privados participaran de los beneficios de la extracción del petrolera, sin que se levantara ninguna suspicacia acerca de que pudiera tratarse de una forma de privatización. En otro sector, en años posteriores se utilizó otro mecanismo, también, en su oportunidad, novedoso, que fueron los certificados de aportación patrimonial en la banca estatizada, sin que ello significara que se perdiera la rectoría del Estado sobre la conducción de las actividades de banca y crédito.
Actualmente, con los altos precios del petróleo, la falta de inversión impide que se aproveche y se modernice nuestra planta petrolera, por lo que se discute sobre la mejor forma de generar capacidades tecnológicas, financieras y la eficacia en el manejo de la empresa petrolera nacional, Pemex, en sus distintas divisiones. Sin lugar a dudas, no se requiere que los inversionistas privados, nacionales o extranjeros, tengan el control y el beneficio completo de la extracción y transformación de los hidrocarburos, aunque si es indispensable que el mercado pueda apoyar a generar mecanismos disciplinarios que induzcan a Pemex, a que se convierta en una empresa con autonomía de gestión y con una mayor productividad y eficiencia operativa. El diseño de mecanismos, como los que en su oportunidad se crearon, es la base de la reforma sobre la cual se puede basar el cambio estructural de Pemex, sin recurrir a cambios constitucionales, ni a grandes modificaciones legislativas.
miggoib@ servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n611074.htm
Economía débil y moneda fuerte
El Sol de México
21 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
La economía mexicana se enfrenta a un proceso más acentuado de desaceleración, igual que la economía norteamericana. Sin embargo, tanto las autoridades como los representantes empresariales se muestran confiados en que la solidez macroeconómica, que se ha venido manteniendo desde hace una década, sirva para enfrentar el choque que está generando la turbulencia financiera mundial. Por lo pronto, frente a la debilidad productiva, el peso ha estado dando muestras de fortaleza, al mismo tiempo que las reservas internacionales del país continúan aumentando y que los flujos de inversión del exterior mantienen su confianza en la estabilidad financiera del país.
El índice anticipado del comportamiento económico del país muestra que se venía creciendo a un ritmo de 3.6 por ciento, hasta el tercer trimestre del año pasado, con lo cual se tendrá un promedio para todo el año de 3.3 por ciento. La pérdida de dinamismo de los últimos meses de 2007 conducen a un modesto comportamiento de las actividades productivas en el mes pasado, por lo que se prevé que todo el año se obtenga un crecimiento de sólo 2.7 por ciento. Desde el punto de vista del empleo, no se espera un incremento sustancial en la tasa de desempleo abierto, a pesar de que se estima que sólo se generan 500 mil nuevas plazas. De nueva cuenta, la economía informal servirá de válvula de escape para dar salida a las presiones de empleo, acentuadas en este año por el recrudecimiento de la política migratoria norteamericana.
La solidez macroeconómica, con una economía débil, se muestra también en la situación que guardan las finanzas públicas, frente a los retos que enfrentan los agentes económicos, obligados a contribuir al sostenimiento del aparato gubernamental. Mientras que el propio Servicio de Administración Tributaria (SAT) estima que la recaudación en este año será mayor que lo inicialmente previsto; no obstante la disminución de la actividad económica, los empresarios continúan haciendo señalamientos sobre los efectos negativos que el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) puede acarrear en el sector empresarial. Sin lugar a dudas este impuesto dista mucho de constituir una modificación que abone hacia la simplificación tributaria, aunque contribuye a fortalecer los ingresos gubernamentales y a que todos los que lleven a cabo una actividad remunerada, sea de tipo formal o informal, contribuyan con un pago mínimo al erario público.
La propuesta gubernamental para hacer frente a las condiciones que debilitan la actividad económica consiste en ejercer eficiente y oportunamente el gasto de inversión en infraestructura, así como mediante los programas de vivienda y el apoyo al sector turístico y al agropecuario. La propuesta no tendrá los mismos efectos en todas las actividades y en todas las empresas del país, por lo que una buena parte del empresariado clama por una revisión al IETU, así como para que existan incentivos fiscales a la inversión.
Las empresas que dependen del mercado norteamericano difícilmente podrán encontrar una solución en el mercado interno, por lo que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado propone que se emprendan medidas que fortalezcan la competitividad del país, con lo cual se podría tener acceso a otros mercados, además de poder competir en mejores condiciones en un mercado deprimido, como es el caso del norteamericano.
La política monetaria que ha decidido mantener durante el primer semestre la tasa de interés en 7.5 por ciento es el complemento que redondea la fortaleza macroeconómica, ya que el diferencial de tasas reales de rendimiento entre nuestro país y el extranjero mantiene el atractivo de invertir en los valores nacionales, con lo cual el flujo de capital ha comenzado a aumentar, y el peso y las reservas internacionales se fortalecen.
La situación actual puede resumirse en el comentario mensual que realiza la firma Consultores Internacionales: "Nuestra principal fortaleza: el enorme superávit con EU. Nuestras debilidades: la compra de bienes de consumo, la alta dependencia de tres ramas (petrolera, electrónica y automotriz) y una economía estadunidense en contracción", frente al lo cual, "la política económica puede hacer efectivos algunos recursos que la estabilidad financiera y las reservas más altas de la historia le permiten, a fin de desactivar una posible ruptura en el sector externo".
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n602817.htm
21 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
La economía mexicana se enfrenta a un proceso más acentuado de desaceleración, igual que la economía norteamericana. Sin embargo, tanto las autoridades como los representantes empresariales se muestran confiados en que la solidez macroeconómica, que se ha venido manteniendo desde hace una década, sirva para enfrentar el choque que está generando la turbulencia financiera mundial. Por lo pronto, frente a la debilidad productiva, el peso ha estado dando muestras de fortaleza, al mismo tiempo que las reservas internacionales del país continúan aumentando y que los flujos de inversión del exterior mantienen su confianza en la estabilidad financiera del país.
El índice anticipado del comportamiento económico del país muestra que se venía creciendo a un ritmo de 3.6 por ciento, hasta el tercer trimestre del año pasado, con lo cual se tendrá un promedio para todo el año de 3.3 por ciento. La pérdida de dinamismo de los últimos meses de 2007 conducen a un modesto comportamiento de las actividades productivas en el mes pasado, por lo que se prevé que todo el año se obtenga un crecimiento de sólo 2.7 por ciento. Desde el punto de vista del empleo, no se espera un incremento sustancial en la tasa de desempleo abierto, a pesar de que se estima que sólo se generan 500 mil nuevas plazas. De nueva cuenta, la economía informal servirá de válvula de escape para dar salida a las presiones de empleo, acentuadas en este año por el recrudecimiento de la política migratoria norteamericana.
La solidez macroeconómica, con una economía débil, se muestra también en la situación que guardan las finanzas públicas, frente a los retos que enfrentan los agentes económicos, obligados a contribuir al sostenimiento del aparato gubernamental. Mientras que el propio Servicio de Administración Tributaria (SAT) estima que la recaudación en este año será mayor que lo inicialmente previsto; no obstante la disminución de la actividad económica, los empresarios continúan haciendo señalamientos sobre los efectos negativos que el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) puede acarrear en el sector empresarial. Sin lugar a dudas este impuesto dista mucho de constituir una modificación que abone hacia la simplificación tributaria, aunque contribuye a fortalecer los ingresos gubernamentales y a que todos los que lleven a cabo una actividad remunerada, sea de tipo formal o informal, contribuyan con un pago mínimo al erario público.
La propuesta gubernamental para hacer frente a las condiciones que debilitan la actividad económica consiste en ejercer eficiente y oportunamente el gasto de inversión en infraestructura, así como mediante los programas de vivienda y el apoyo al sector turístico y al agropecuario. La propuesta no tendrá los mismos efectos en todas las actividades y en todas las empresas del país, por lo que una buena parte del empresariado clama por una revisión al IETU, así como para que existan incentivos fiscales a la inversión.
Las empresas que dependen del mercado norteamericano difícilmente podrán encontrar una solución en el mercado interno, por lo que el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado propone que se emprendan medidas que fortalezcan la competitividad del país, con lo cual se podría tener acceso a otros mercados, además de poder competir en mejores condiciones en un mercado deprimido, como es el caso del norteamericano.
La política monetaria que ha decidido mantener durante el primer semestre la tasa de interés en 7.5 por ciento es el complemento que redondea la fortaleza macroeconómica, ya que el diferencial de tasas reales de rendimiento entre nuestro país y el extranjero mantiene el atractivo de invertir en los valores nacionales, con lo cual el flujo de capital ha comenzado a aumentar, y el peso y las reservas internacionales se fortalecen.
La situación actual puede resumirse en el comentario mensual que realiza la firma Consultores Internacionales: "Nuestra principal fortaleza: el enorme superávit con EU. Nuestras debilidades: la compra de bienes de consumo, la alta dependencia de tres ramas (petrolera, electrónica y automotriz) y una economía estadunidense en contracción", frente al lo cual, "la política económica puede hacer efectivos algunos recursos que la estabilidad financiera y las reservas más altas de la historia le permiten, a fin de desactivar una posible ruptura en el sector externo".
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n602817.htm
Banca de fomento, clave en la estrategia anticíclica
El Sol de México
14 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
La estrategia anticíclica que está comenzando a instrumentar el Gobierno mexicano para hacer frente a la desaceleración que afecta a la economía norteamericana cobra cada vez una mayor importancia y urgencia, ante los efectos que actualmente se están comenzando a manifestar tanto en el sector productivo como en el financiero.
De acuerdo con el último informe del INEGI sobre el indicador general de la actividad económica (IGAE) correspondiente al mes de noviembre, se muestra una importante desaceleración en el sector industrial, que ha disminuido su actividad a una tasa anualizada de sólo 0.8 por ciento, mientras que los servicios crecen, aún, por encima del promedio general, a una tasa de 4.7 por ciento; pero el sector menos afectado y con condiciones favorables es el agropecuario, que ha venido aumentado a un ritmo de 8.9 por ciento.
Ante este panorama, el sector empresarial clama por que se apliquen medidas anticíclicas adicionales, sobre todo en el ámbito fiscal, las cuales van desde propuestas para que se posponga la aplicación del Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), hasta la necesidad de estímulos tributarios para impulsar las inversiones.
Adicionalmente, la política diseñada por la Secretaría de Hacienda para generar un dinamismo del mercado interno, como medida para contrarrestar la contracción del mercado del vecino del norte, debe contar con una banca de desarrollo que funcione eficientemente para garantizar los más amplios y mayores beneficios del programa de inversiones en infraestructura, base de la estrategia anticíclica. El papel clave que en estos momentos debe jugar la banca de fomento se acrecienta ante los problemas de cartera vencida que viene afectando a la banca comercial y que seguramente redundará en una menor canalización de recursos hacia el consumo y las actividades productivas.
Al respecto, la Sociedad Hipotecaria Federal, a cargo de Javier Gavito, está poniendo en operación distintas medidas para apoyar al sector hipotecario, ante la contracción que está comenzando a manifestarse en el mercado para los bonos respaldados con créditos hipotecarios (BOHIRS), mediante líneas de crédito que dan bursatilidad a dichos instrumentos y que ayudan a formar el mercado.
A su vez, la Financiera Rural, a cargo de Enrique de la Madrid, reconoce la importancia de apoyar la formación de capital humano en el campo mexicano, así como la necesidad de sumar esfuerzos, en lugar de competir con otras instituciones de fomento cuyo ámbito de acción es también el sector rural. De tal manera, durante la firma del convenio que esa institución celebró con FIRA, fideicomiso instituido en Banco de México relativo a la agricultura, ha puesto de relieve la importancia de apoyar los programas de capacitación de generación de tecnología y de un sistema financiero rural para hacer frente a ésta que no es "una mera coyuntura, sino un cambio estructural dramático al cual hay que adaptarse de manera rápida y certera".
Por su parte, tanto Banobras como Bansefi están cumpliendo con impulsar los sectores y las tareas que tienen encomendadas. El primero, con el manejo eficiente del programa carretero, que va desde la desincorporación de las carretas que en su oportunidad tuvo que rescatar el Gobierno de los concesionarios, hasta mediante el manejo del fideicomiso que se hace pocos días se creó para apoyar el programa de creación, conservación y mantenimiento de la infraestructura del país. En el caso del segundo, el banco redobla sus esfuerzos para lograr que los intermediarios financieros no bancarios, fundamentalmente las cajas de ahorro, las financieras populares y las nuevas figuras de sociedades financieras de objeto múltiple, se consoliden como instituciones sólidas que permitan ofrecer una mayor competencia en mercado financiero, ofreciendo opciones que atiendan nichos de mercado y que ofrezcan servicios más acordes con las necesidades de numerosos grupos de usuarios potenciales de servicios financieros.
Sin embargo, el elemento negativo se presenta precisamente en la banca que tiene como objetivo impulsar las actividades del sector industrial, que es Nafin, a cargo del discutido banquero comercial Mario Laborín, quién ha reducido al otrora más importante banco del desarrollo del país a una mera caja de descuento de los grandes almacenes y empresas del país. Adicionalmente, se ha encargado de nulificar cualquier acción que permitiría que repuntara el apoyo al comercio exterior, en virtud de su ambición de fusionar Bancomext con la desmantelada Nacional Financiera. De tal manera, el sector que muestra los mayores estragos por la desaceleración norteamericana es el más desamparado por parte de la banca de desarrollo.
miggoib@servidror.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n594379.htm
14 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
La estrategia anticíclica que está comenzando a instrumentar el Gobierno mexicano para hacer frente a la desaceleración que afecta a la economía norteamericana cobra cada vez una mayor importancia y urgencia, ante los efectos que actualmente se están comenzando a manifestar tanto en el sector productivo como en el financiero.
De acuerdo con el último informe del INEGI sobre el indicador general de la actividad económica (IGAE) correspondiente al mes de noviembre, se muestra una importante desaceleración en el sector industrial, que ha disminuido su actividad a una tasa anualizada de sólo 0.8 por ciento, mientras que los servicios crecen, aún, por encima del promedio general, a una tasa de 4.7 por ciento; pero el sector menos afectado y con condiciones favorables es el agropecuario, que ha venido aumentado a un ritmo de 8.9 por ciento.
Ante este panorama, el sector empresarial clama por que se apliquen medidas anticíclicas adicionales, sobre todo en el ámbito fiscal, las cuales van desde propuestas para que se posponga la aplicación del Impuesto Empresarial a Tasa Unica (IETU), hasta la necesidad de estímulos tributarios para impulsar las inversiones.
Adicionalmente, la política diseñada por la Secretaría de Hacienda para generar un dinamismo del mercado interno, como medida para contrarrestar la contracción del mercado del vecino del norte, debe contar con una banca de desarrollo que funcione eficientemente para garantizar los más amplios y mayores beneficios del programa de inversiones en infraestructura, base de la estrategia anticíclica. El papel clave que en estos momentos debe jugar la banca de fomento se acrecienta ante los problemas de cartera vencida que viene afectando a la banca comercial y que seguramente redundará en una menor canalización de recursos hacia el consumo y las actividades productivas.
Al respecto, la Sociedad Hipotecaria Federal, a cargo de Javier Gavito, está poniendo en operación distintas medidas para apoyar al sector hipotecario, ante la contracción que está comenzando a manifestarse en el mercado para los bonos respaldados con créditos hipotecarios (BOHIRS), mediante líneas de crédito que dan bursatilidad a dichos instrumentos y que ayudan a formar el mercado.
A su vez, la Financiera Rural, a cargo de Enrique de la Madrid, reconoce la importancia de apoyar la formación de capital humano en el campo mexicano, así como la necesidad de sumar esfuerzos, en lugar de competir con otras instituciones de fomento cuyo ámbito de acción es también el sector rural. De tal manera, durante la firma del convenio que esa institución celebró con FIRA, fideicomiso instituido en Banco de México relativo a la agricultura, ha puesto de relieve la importancia de apoyar los programas de capacitación de generación de tecnología y de un sistema financiero rural para hacer frente a ésta que no es "una mera coyuntura, sino un cambio estructural dramático al cual hay que adaptarse de manera rápida y certera".
Por su parte, tanto Banobras como Bansefi están cumpliendo con impulsar los sectores y las tareas que tienen encomendadas. El primero, con el manejo eficiente del programa carretero, que va desde la desincorporación de las carretas que en su oportunidad tuvo que rescatar el Gobierno de los concesionarios, hasta mediante el manejo del fideicomiso que se hace pocos días se creó para apoyar el programa de creación, conservación y mantenimiento de la infraestructura del país. En el caso del segundo, el banco redobla sus esfuerzos para lograr que los intermediarios financieros no bancarios, fundamentalmente las cajas de ahorro, las financieras populares y las nuevas figuras de sociedades financieras de objeto múltiple, se consoliden como instituciones sólidas que permitan ofrecer una mayor competencia en mercado financiero, ofreciendo opciones que atiendan nichos de mercado y que ofrezcan servicios más acordes con las necesidades de numerosos grupos de usuarios potenciales de servicios financieros.
Sin embargo, el elemento negativo se presenta precisamente en la banca que tiene como objetivo impulsar las actividades del sector industrial, que es Nafin, a cargo del discutido banquero comercial Mario Laborín, quién ha reducido al otrora más importante banco del desarrollo del país a una mera caja de descuento de los grandes almacenes y empresas del país. Adicionalmente, se ha encargado de nulificar cualquier acción que permitiría que repuntara el apoyo al comercio exterior, en virtud de su ambición de fusionar Bancomext con la desmantelada Nacional Financiera. De tal manera, el sector que muestra los mayores estragos por la desaceleración norteamericana es el más desamparado por parte de la banca de desarrollo.
miggoib@servidror.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n594379.htm
Secuelas de la turbulencia financiera
El Sol de México
7 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
Ante la imposibilidad de conocer todos los desajustes que ha generado la rápida expansión financiera internacional en la última década, persiste una incertidumbre en los mercados que está dando pié a los vaivenes que están afectado a las bolsas de valores de todo el mundo, al mismo tiempo que produce todo tipo de expectativas sobre el impacto que tendrá en la producción y el crecimiento de los distintos países y de las propias empresas.
A la preocupación de los inversionistas sobre los efectos adversos que en fondos de inversión y en instituciones financieras está generando la diseminación de los riesgos de los créditos de baja calidad a través de los productos estructurados, se suma ahora la afectación que se está presentando en las aseguradoras de valores emitidos en el mercado y en el papel que desempeñaran en este contexto los fondos soberanos.
Adicionalmente, a la turbulencia propiamente, se están poniendo al descubierto debilidades generadas por la falta de controles adecuados y la incapacidad de los cuerpos directivos de instituciones financieras para administrar sus riesgos. El escandaloso caso del banco francés Societé Genérale, que incurrió en pérdidas por operaciones que se salieron fuera del control y por la falta de supervisión de los directivos del banco en operaciones riesgosas de productos derivados, le acarrearon un quebranto de más de 7 mil millones de dólares. Además de que constituye el descalabro más grande en la historia bancaria del mundo, coloca a esta institución en una frágil situación, susceptible de ser fusionada con otro banco, o bien tener que recurrir a aportaciones de capital por parte de los fondos soberanos. Al final de cuentas, permanece la incertidumbre de cuántos intermediaros financieros más podrían presentar problemas no sólo derivados de inversiones en créditos de baja calidad, sino por fallas en sus sistemas de gestión de riesgos.
El factor que desencadenó la volatilidad y las bajas considerables en las bolsas del mundo en esta semana, consiste en la afectación que la turbulencia está provocando en las aseguradoras de valores y, sobre todo, en las que están relacionadas con los créditos hipotecarios de baja calidad. Mientras que hasta hace poco tiempo este tipo de empresas aseguradoras constituía un excelente negocio para sus inversionistas, actualmente la necesidad de hacer frente a las garantías que otorgaron les ha originado fuertes pérdidas que requieren que aumenten su capital, y, por lo pronto, varias de ellas han visto disminuida la calificación que les han otorgado Moody's, Fitch o Standar & Poor's.
Sin embargo, las consecuencias de la pérdida de calidad de las aseguradoras arrastra a los valores que mantiene asegurados, poniéndolos en riesgo de ver también disminuida su propia calificación. Ante esta posibilidad, los tenedores de estos bonos enfrentan una fuerte diminución en sus precios y una ola de propuestas de venta. En el caso de los títulos emitidos en moneda nacional en la Bolsa Mexicana de Valores, están relativamente menos susceptibles de que se produzca este efecto en los valores asegurados, pero sin duda que afectará a las colocaciones que se pretendan llevar a cabo en el mediano plazo.
Otras de las secuelas de la turbulencia se refiere a la actuación de fondos soberanos, que aunque sólo mantienen el 2 por ciento de los activos emitidos en el mercado, su participación es creciente y casi iguala a los fondos de cobertura (hedge funds). Los fondos soberanos cuentan recursos de casi 2.9 billones de dólares, y han invertido hasta la fecha 69 mil millones de dólares para capitalizar a instituciones financieras que enfrentan problemas. Entre las más importantes se encuentran las operaciones del Grupo Citibank y el del banco de inversión Merril Lynch.
La importancia de la participación de los fondos soberanos radica en que el 90 por ciento de los recursos que manejan proviene de ingresos petroleros, siendo los más importantes los de las entidades gubernamentales encargas de manejarlos por parte de los gobiernos de Noruega, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Singapur, Libia, Argelia, Qatar, Brunei y China.
Finalmente, llama la atención el aumento de la cartera vencida que a nivel mundial, impulsada principalmente por los tarjetahabientes norteamericanos, está presentando American Express, lo que ha provocado que resienta pérdidas que hasta hora se han podido cubrir, disminuyendo significativamente su utilidad anual. Sin embargo, al ser una tarjeta de servicio no controlada por las autoridades financieras, y al no otorgar crédito, se encuentra más susceptible a los efectos de la baja de los ingresos de sus tarjetahabientes, por lo que existe el riego que los comercios afiliados puedan comenzar a enfrentar problemas para que la empresa les cubra los consumos y compras realizados con su tarjeta.
NOTA ACLARATORIA: En atención a los lectores que se han comunicado para solicitar que se aclare el artículo de la semana pasada respecto a la expansión que se menciona, precisamos que no se refiere a un aumento de la producción mundial, sino a que la debilidad de Estados Unidos se está expandiendo a todo el mundo.
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n586209.htm
7 de febrero de 2008
Miguel González Ibarra
Ante la imposibilidad de conocer todos los desajustes que ha generado la rápida expansión financiera internacional en la última década, persiste una incertidumbre en los mercados que está dando pié a los vaivenes que están afectado a las bolsas de valores de todo el mundo, al mismo tiempo que produce todo tipo de expectativas sobre el impacto que tendrá en la producción y el crecimiento de los distintos países y de las propias empresas.
A la preocupación de los inversionistas sobre los efectos adversos que en fondos de inversión y en instituciones financieras está generando la diseminación de los riesgos de los créditos de baja calidad a través de los productos estructurados, se suma ahora la afectación que se está presentando en las aseguradoras de valores emitidos en el mercado y en el papel que desempeñaran en este contexto los fondos soberanos.
Adicionalmente, a la turbulencia propiamente, se están poniendo al descubierto debilidades generadas por la falta de controles adecuados y la incapacidad de los cuerpos directivos de instituciones financieras para administrar sus riesgos. El escandaloso caso del banco francés Societé Genérale, que incurrió en pérdidas por operaciones que se salieron fuera del control y por la falta de supervisión de los directivos del banco en operaciones riesgosas de productos derivados, le acarrearon un quebranto de más de 7 mil millones de dólares. Además de que constituye el descalabro más grande en la historia bancaria del mundo, coloca a esta institución en una frágil situación, susceptible de ser fusionada con otro banco, o bien tener que recurrir a aportaciones de capital por parte de los fondos soberanos. Al final de cuentas, permanece la incertidumbre de cuántos intermediaros financieros más podrían presentar problemas no sólo derivados de inversiones en créditos de baja calidad, sino por fallas en sus sistemas de gestión de riesgos.
El factor que desencadenó la volatilidad y las bajas considerables en las bolsas del mundo en esta semana, consiste en la afectación que la turbulencia está provocando en las aseguradoras de valores y, sobre todo, en las que están relacionadas con los créditos hipotecarios de baja calidad. Mientras que hasta hace poco tiempo este tipo de empresas aseguradoras constituía un excelente negocio para sus inversionistas, actualmente la necesidad de hacer frente a las garantías que otorgaron les ha originado fuertes pérdidas que requieren que aumenten su capital, y, por lo pronto, varias de ellas han visto disminuida la calificación que les han otorgado Moody's, Fitch o Standar & Poor's.
Sin embargo, las consecuencias de la pérdida de calidad de las aseguradoras arrastra a los valores que mantiene asegurados, poniéndolos en riesgo de ver también disminuida su propia calificación. Ante esta posibilidad, los tenedores de estos bonos enfrentan una fuerte diminución en sus precios y una ola de propuestas de venta. En el caso de los títulos emitidos en moneda nacional en la Bolsa Mexicana de Valores, están relativamente menos susceptibles de que se produzca este efecto en los valores asegurados, pero sin duda que afectará a las colocaciones que se pretendan llevar a cabo en el mediano plazo.
Otras de las secuelas de la turbulencia se refiere a la actuación de fondos soberanos, que aunque sólo mantienen el 2 por ciento de los activos emitidos en el mercado, su participación es creciente y casi iguala a los fondos de cobertura (hedge funds). Los fondos soberanos cuentan recursos de casi 2.9 billones de dólares, y han invertido hasta la fecha 69 mil millones de dólares para capitalizar a instituciones financieras que enfrentan problemas. Entre las más importantes se encuentran las operaciones del Grupo Citibank y el del banco de inversión Merril Lynch.
La importancia de la participación de los fondos soberanos radica en que el 90 por ciento de los recursos que manejan proviene de ingresos petroleros, siendo los más importantes los de las entidades gubernamentales encargas de manejarlos por parte de los gobiernos de Noruega, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Singapur, Libia, Argelia, Qatar, Brunei y China.
Finalmente, llama la atención el aumento de la cartera vencida que a nivel mundial, impulsada principalmente por los tarjetahabientes norteamericanos, está presentando American Express, lo que ha provocado que resienta pérdidas que hasta hora se han podido cubrir, disminuyendo significativamente su utilidad anual. Sin embargo, al ser una tarjeta de servicio no controlada por las autoridades financieras, y al no otorgar crédito, se encuentra más susceptible a los efectos de la baja de los ingresos de sus tarjetahabientes, por lo que existe el riego que los comercios afiliados puedan comenzar a enfrentar problemas para que la empresa les cubra los consumos y compras realizados con su tarjeta.
NOTA ACLARATORIA: En atención a los lectores que se han comunicado para solicitar que se aclare el artículo de la semana pasada respecto a la expansión que se menciona, precisamos que no se refiere a un aumento de la producción mundial, sino a que la debilidad de Estados Unidos se está expandiendo a todo el mundo.
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n586209.htm
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