El Sol de México
10 de enero de 2008
Miguel González ibarra
Ante el lento crecimiento que comienza a mostrar la economía norteamericana, el cual amenaza en convertirse en una recesión de larga duración, así ante el complejo panorama en el ámbito internacional, dos importantes organismos, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), dependiente de la ONU, y el Banco Mundial, han formulado una serie de recomendaciones para los países emergentes, y en especial, para nuestra región.
En el caso de la CEPAL, se hace hincapié en la prudencia que los países latinoamericanos deben mantener frente a la perturbación financiera que afecta a la economía mundial. El exsecretario ejecutivo de dicho organismo y actual profesor de la Universidad de Columbia, José Antonio Ocampo, recomendó recurrir a medidas anticíclicas, como las que se han adoptado en Chile, así como fortalecer las reservas internacionales, como ha sido en Argentina, para poder intervenir en los mercados cambiarios con el fin de evitar las oleadas especulativas. A esta última recomendación habría que agregar la exitosa experiencia mexicana del sistema de flotación cambiaria, acompañada de un dinámico mercado de futuros del peso, lo cual ha permitido mantener la certidumbre sobre el valor de nuestra moneda, generando un clima de confianza cambiaria en el mundo de los negocios.
Por su parte, la recomendación de adoptar una política anticíclica a través de una expansión fiscal en lugar de recurrir a medidas de contracción en el gasto, debe enfatizar en que los mayores recursos que ejerzan los gobiernos no provengan de un aumento en su endeudamiento, así como que no se destine a engrosar el aparato burocrático, ni a erogaciones superfluas, sino que dedique una mayor inversión pública y que ésta se ejecute eficientemente.
En el caso de México, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens ha señalado que gracias a la reforma tributaria, se llevará a cabo en 2008 una política fiscal con sesgo anticíclico, con el fin de apoyar la creación, modernización y mantenimiento de la infraestructura productiva del país. De tal manera, se espera que el mercado interno se recupere como un pilar que permita sostener un proceso de crecimiento sostenido, aun frente a las contracciones y vaivenes del mercado internacional. En la actual coyuntura ésta reorientación de la política hacendaria, permitiría hacer frente al largo y lento proceso de ajuste que ha comenzado a mostrar la economía norteamericana, principal destino de nuestras exportaciones, sin tener que sufrir una fuerte reducción en la producción nacional.
El menor crecimiento de Estados Unidos, con la segura contracción en su nivel de consumo y el repunte de sus ventas al exterior, incentivadas por la devaluación del dólar, inducirán a corregir el desequilibrio externo que mantiene desde hace décadas. Sin embargo, no se trata de un obstáculo insuperable que conduzca a una drástica reducción en las exportaciones mexicanas a ese país, como prevén pesimistamente algunos analistas económicos, sino que, como no ha sido el caso de China y de la India, es posible posicionarse en el mercado norteamericano con productos competitivos, aun durante períodos de desaceleración económica.
Al respecto, el Banco Mundial, en su reporte sobre las "Perspectivas Económicas Mundiales 2008",que acaba de aparecer, alerta en uno de sus capítulos acerca de la necesidad de que los países en desarrollo mejoren su capacidad para absorber y utilizar tecnología, con el fin de incrementar su competitividad. Adicionalmente, se señaló que éstos sólo utilizan la cuarta parte de los avances tecnológicos alcanzados en el mundo en la última década. La brecha tecnológica, se amplía cada vez, más, precisó Andrew Burns, economista principal y editor de dicho reporte, ya que la generación de innovaciones en los países avanzados ocurre 40 a 60 por ciento más rápidamente que en los países emergentes, además de que no se difunde ampliamente.
Las medidas de política económica ante el complejo panorama mundial deben, por tanto, incluir también un fuerte apoyo a la educación, ya que como establece el informe del Banco Mundial, "el acceso ineficaz o dispar a la educación de buena calidad también limita la capacidad de los países de sacar provecho de las tecnologías, ya que incluso las tecnologías simples pueden generar gran impacto".
Además, de mejorar el sistema de educación básica en México, las universidades públicas deben reforzar sus esquemas de difusión y de vinculación con las empresas, ya que como se señaló en dicho informe "los centros principales y las empresas líderes es posible que funcionen en niveles cercanos a los de la vanguardia tecnológica, mientras que la mayor parte de las empresas de esos países trabajan a menos de una quinta parte del nivel máximo de productividad", lo que ahonda las diferencias al interior de los países y polariza su economía.
miggoib@servidor.unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n553016.htm
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario