El Sol de México
28 de agosto de 2008
Miguel González Ibarra
La estrategia diseñada por el Gobierno federal para enfrentar los efectos de la desaceleración mundial y fundamentalmente la que afecta a Estados Unidos, está enfrentando obstáculos en su ejecución, que hacen prever que no se podrá contrarrestar la tendencia descendente como inicialmente se pretendía. Por lo pronto, tanto el secretario de Hacienda Agustín Carstens como el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, admiten que el crecimiento previsto y la inflación esperados para el fin de año serán menos favorables que las cifras que recientemente se estimaron.
Mientras que el secretario de Hacienda considera que los vientos adversos a los que se enfrenta la economía provocan que avancemos más lentamente de lo que sería deseable, el Banco de México pondera que la estrategia para controlar el incremento en los precios dará sus resultados en el mediano plazo y que la debilidad del aparato productivo nacional se encuentra en el subejercicio del gasto, fundamentalmente en el destinado a la inversión y a los programas de fomento de actividades productivas.
Al respecto, las posiciones políticas de las entidades ejecutoras de los programas y de la inversión tienden a no aceptar, o minimizar, la responsabilidad de la falta de canalización de los recursos presupuestales. En el caso de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se considera que el ejercicio del gasto se ha llevado a cabo cuando los fondos presupuestales se transfieren a las instancias operativas encargadas de aplicar los recursos públicos, como es el caso de los programas federalizados, o los convenidos con instituciones financieras. En realidad, el efecto, como lo señala Guillermo Ortiz, se refleja en la economía cuando efectivamente se destinan los recursos a su objetivo final. De esta manera se explica la aparente contradicción en las cifras y la falta de sincronización entre la política monetaria y la fiscal en la estrategia contracíclica.
En el ámbito mundial, el Fondo Monetario Internacional ha dado a conocer una baja en su estimación del crecimiento de la economía de 4.1 por ciento a 3.7 en este año y a 3.7 por ciento para el próximo. A vez, en Estados Unidos mostró un descenso de 0.7 por ciento en julio, por lo que se considera que el crecimiento para todo el año difícilmente llegará al 2 por ciento. El día de hoy la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo perteneciente al sistema de las Naciones Unidas, ha dado a conocer, por conducto de su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, su estudio sobre el comportamiento de las economías latinoamericanas y las perspectivas frente a la volatilidad que impera en el mundo. Este estudio incluye un capítulo especial que evalúa el comportamiento de la región y de las actividades de la CEPAL por sus sesenta años de labores. En la columna de la próxima semana comentaré algunos de los puntos más relevantes, sobre todo en lo concerniente a nuestro país.
En el caso de México, el debilitamiento del mercado norteamericano y la falta de reactivación del interno, ante la mayor cautela de los consumidores, hacen prever que el ritmo de crecimiento ajustado dado a conocer hace algunas semanas por la Secretaría de Hacienda, se sitúe por debajo del 3 por ciento para todo el año, no obstante la ligera mejoría que se tuvo en el segundo trimestre respecto al primero del año, debido a la disminución en la producción y en los precios del petróleo, así como de la actividad en la industria automotriz, que no ha podido ser compensada por los mejores resultados que presenta la agricultura y el modesto repunte de la construcción.
Las otras cifras que señalan una debilidad de la economía son los resultados en las relaciones económicas y financieras con el exterior. El déficit en la balanza comercial al segundo trimestre resultó mayor al esperado, resaltando el dinamismo de las importaciones de bienes de consumo en los últimos meses, incentivadas por el fortalecimiento que mantuvo el peso frente al dólar en ese período. Sin embargo, las reservas internacionales continúan aumentando por la entrada de capitales atraída por los rendimientos de los valores en el mercado financiero del país, así como el sostenido flujo de remesas de los trabajadores migratorios, aunque se muestra una preocupante salida de capitales que comienza a mostrar el desánimo de los inversionistas ante la falta de medidas para aumentar la competitividad y los niveles de inseguridad que han exacerbado a la opinión pública en los últimos días.
Finalmente, el panorama termina por aparecer adverso para el sistema bancario ante la amenaza del crecimiento de la cartera vencida, así como por el clima político adelantado de las elecciones legislativas y en varias de las entidades federativas, incluyendo al Distrito Federal.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/s133.htm
Avatares de la aviación nacional
El Sol de México
21 de agosto de 2008
Miguel González Ibarra
Uno de los sectores que está siendo afectado principalmente por el incremento de los precios de los energéticos y por la desaceleración económica mundial es el de la aviación. Adicionalmente a las penurias que aquejan a todas las líneas aéreas en el mundo, en México, las compañías de aviación tienen que enfrentar la estrecha visión de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), autoridad que pretende asegurar que exista competencia en la prestación de los servicios de transportación aérea, además, de la falta de políticas públicas de apoyo y de las decisiones equivocadas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), encargada de regular las actividades relacionadas con la aeronavegación y su infraestructura, así como tener que atender a un mercado pequeño.
Las líneas aéreas son el motor generador de una amplia cadena de actividades económicas pero, a diferencia de éstas, las compañías de aviación se encuentran atrapadas en un permanente ciclo de crisis y recuperación. Los negocios que se crean y prosperan al amparo de la operación de la aviación, mantienen una mejor situación financiera que las empresas que propician que existan las oportunidades de negocio.
De tal manera, las organizaciones económicas que se dedican a proveer los servicios aeroportuarios, los de navegación en el espacio aéreo, los servicios para atender en tierra a las aeronaves, a los pasajeros y las mercancías transportadas, así como las labores de mantenimiento, limpieza, vigilancia, comisariato, oficinas de venta (básicamente agencias de viaje) y toda la logística de turismo receptivo, como hoteles, restaurantes, transportación terrestre, y comercios tienen mayores oportunidades de ajustarse a la variaciones del mercado y de sufrir menores descalabros financieros. Adicionalmente, florecen las actividades dedicadas al financiamiento especializado en adquisición de aviones, los esquemas de arrendamiento y la propia construcción de las aeronaves.
La rigidez que enfrentan las líneas aéreas, por los servicios que no tienen competencia, como son los que ofrecen los aeropuertos, los derechos que cobran las autoridades aeronáuticas y los servicios de aeronavegación, además, de las condiciones de aprovisionamiento de combustible y las relaciones laborales con el personal de vuelo y el de tierra, propician que los ajustes ante las variaciones del mercado sean difíciles de llevar a cabo. La inflexibilidad que presentan sus activos fijos, en una industria de utilización intensiva de capital genera a las compañías de aviación altos costos fijos y la imposibilidad de llevar a cabo una utilización fragmentada de dichos activos.
En los países y regiones que comprenden la complejidad y la importancia económica de la transportación aérea se brinda a las empresas del sector condiciones favorables para enfrentar la volatilidad del mercado, tanto a través de apoyos económicos como con facilidades para que puedan salir adelante haciendo los ajustes en su estructura operativa y financiera.
Sin embargo, en México con la visión limitada a la de cierto tipo de pasajeros, la Cofeco, ha impedido que se celebren alianzas que pueden conducir a la fusión de las líneas aéreas troncales del país, así como entre empresas de carácter regional. Adicionalmente, la SCT, se ha mostrado inflexible en el cobro de los derechos y tarifas por los servicios que impone tanto el aeropuerto de la Ciudad de México como en el organismo Servicios a la Navegación Aérea (Seneam), con pequeñas empresas que han venido proporcionando la transportación interregional que no atienden las troncales y que, en su caso, lo hace alguna empresa con énfasis en los viajeros de negocios a los que carga altas tarifas.
La falta de una política aeroportuaria condujo, en el sexenio pasado, a la costosa e ineficiente decisión de llevar una ampliación del aeropuerto de la Ciudad de México, en lugar de emprender la construcción del alterno en el Valle de Tizayuca, aunque se están teniendo que ejecutar las obras de infraestructura complementarias, que fueron el argumento para no llevar a cabo el proyecto.
Actualmente, la falta de una política en materia de transporte aéreo, ha llevado a la suspensión de vuelos, e incluso a la quiebra, de líneas aéreas regionales, en lugar de que las autoridades buscaran como podrían apoyarlas para apuntalar su presencia en el mercado y lograr que se consoliden financieramente. Con mayor sensibilidad, autoridades locales de algunos destinos turísticos y de ciudades del país, están ofreciendo garantizar, a un mínimo de vuelos a esos destinos, el nivel de ocupación de equilibrio de la ruta correspondiente.
No existe producto o servicio más caro que aquél que se necesita y que no se cuenta con él, además, de la afectación que produce en la cadena económica que depende de las líneas aéreas que sirven de puntal directo para una serie de negocios, e indirectamente, para una amplia gama de actividades productivas.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n821195.htm
21 de agosto de 2008
Miguel González Ibarra
Uno de los sectores que está siendo afectado principalmente por el incremento de los precios de los energéticos y por la desaceleración económica mundial es el de la aviación. Adicionalmente a las penurias que aquejan a todas las líneas aéreas en el mundo, en México, las compañías de aviación tienen que enfrentar la estrecha visión de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), autoridad que pretende asegurar que exista competencia en la prestación de los servicios de transportación aérea, además, de la falta de políticas públicas de apoyo y de las decisiones equivocadas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), encargada de regular las actividades relacionadas con la aeronavegación y su infraestructura, así como tener que atender a un mercado pequeño.
Las líneas aéreas son el motor generador de una amplia cadena de actividades económicas pero, a diferencia de éstas, las compañías de aviación se encuentran atrapadas en un permanente ciclo de crisis y recuperación. Los negocios que se crean y prosperan al amparo de la operación de la aviación, mantienen una mejor situación financiera que las empresas que propician que existan las oportunidades de negocio.
De tal manera, las organizaciones económicas que se dedican a proveer los servicios aeroportuarios, los de navegación en el espacio aéreo, los servicios para atender en tierra a las aeronaves, a los pasajeros y las mercancías transportadas, así como las labores de mantenimiento, limpieza, vigilancia, comisariato, oficinas de venta (básicamente agencias de viaje) y toda la logística de turismo receptivo, como hoteles, restaurantes, transportación terrestre, y comercios tienen mayores oportunidades de ajustarse a la variaciones del mercado y de sufrir menores descalabros financieros. Adicionalmente, florecen las actividades dedicadas al financiamiento especializado en adquisición de aviones, los esquemas de arrendamiento y la propia construcción de las aeronaves.
La rigidez que enfrentan las líneas aéreas, por los servicios que no tienen competencia, como son los que ofrecen los aeropuertos, los derechos que cobran las autoridades aeronáuticas y los servicios de aeronavegación, además, de las condiciones de aprovisionamiento de combustible y las relaciones laborales con el personal de vuelo y el de tierra, propician que los ajustes ante las variaciones del mercado sean difíciles de llevar a cabo. La inflexibilidad que presentan sus activos fijos, en una industria de utilización intensiva de capital genera a las compañías de aviación altos costos fijos y la imposibilidad de llevar a cabo una utilización fragmentada de dichos activos.
En los países y regiones que comprenden la complejidad y la importancia económica de la transportación aérea se brinda a las empresas del sector condiciones favorables para enfrentar la volatilidad del mercado, tanto a través de apoyos económicos como con facilidades para que puedan salir adelante haciendo los ajustes en su estructura operativa y financiera.
Sin embargo, en México con la visión limitada a la de cierto tipo de pasajeros, la Cofeco, ha impedido que se celebren alianzas que pueden conducir a la fusión de las líneas aéreas troncales del país, así como entre empresas de carácter regional. Adicionalmente, la SCT, se ha mostrado inflexible en el cobro de los derechos y tarifas por los servicios que impone tanto el aeropuerto de la Ciudad de México como en el organismo Servicios a la Navegación Aérea (Seneam), con pequeñas empresas que han venido proporcionando la transportación interregional que no atienden las troncales y que, en su caso, lo hace alguna empresa con énfasis en los viajeros de negocios a los que carga altas tarifas.
La falta de una política aeroportuaria condujo, en el sexenio pasado, a la costosa e ineficiente decisión de llevar una ampliación del aeropuerto de la Ciudad de México, en lugar de emprender la construcción del alterno en el Valle de Tizayuca, aunque se están teniendo que ejecutar las obras de infraestructura complementarias, que fueron el argumento para no llevar a cabo el proyecto.
Actualmente, la falta de una política en materia de transporte aéreo, ha llevado a la suspensión de vuelos, e incluso a la quiebra, de líneas aéreas regionales, en lugar de que las autoridades buscaran como podrían apoyarlas para apuntalar su presencia en el mercado y lograr que se consoliden financieramente. Con mayor sensibilidad, autoridades locales de algunos destinos turísticos y de ciudades del país, están ofreciendo garantizar, a un mínimo de vuelos a esos destinos, el nivel de ocupación de equilibrio de la ruta correspondiente.
No existe producto o servicio más caro que aquél que se necesita y que no se cuenta con él, además, de la afectación que produce en la cadena económica que depende de las líneas aéreas que sirven de puntal directo para una serie de negocios, e indirectamente, para una amplia gama de actividades productivas.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n821195.htm
Fuerte desaceleración económica mundial
El Sol de México
14 de agosto de 2008
Miguel Gonzáñez Ibarra
A pesar de que el precio de los energéticos ha venido descendiendo durante los últimos días y de que los correspondientes a alimentos y materias primas tienden a estabilizarse, el comportamiento de las actividades económicas en los países que tienen mayor incidencia en la producción mundial da muestras de resentir los efectos de la incertidumbre, de la perturbación financiera y del aumento de la inflación, que se refleja en una baja sensible en su ritmo de crecimiento.
La desaceleración económica ha comenzado a manifestarse también en las economías emergentes, aunque en el caso de la región latinoamericana, la solidez de sus economías les ha permitido estar mejor preparadas para sortear el desfavorable ambiente económico internacional y son los países que menos han resentido los efectos en su ritmo de crecimiento.
A fines de la semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organización que agrupa a los países de mayor desarrollo y de la cual México es integrante, dio a conocer los indicadores compuestos anticipados de la actividad económica mundial para el primer semestre del año.
En su conjunto, los indicadores muestran que existe una fuerte desaceleración económica en todo el mundo, que ha venido recrudeciéndose desde el mes de febrero de este año. La tendencia en la reducción de la economía mundial es más pronunciada de lo que inicialmente se preveía, por lo que se piensa que pudiera convertirse en una franca recesión con presiones inflacionarias, como parece ser ya el caso que se presenta en Japón.
Para todos los países que conforman la OCDE la actividad económica a junio de este año ha sido menor, en promedio, en cinco puntos respecto de lo que registraron durante el primer semestre de año pasado; pero el dato que corresponde solamente al mes de junio muestra que la desaceleración fue de 0.6 puntos respecto al mismo mes de hace un año.
Por su parte, en un análisis por regiones y principales países, se encuentra que la mayor desaceleración se está presentando en Estados Unidos, seguida de cerca por la reducción que muestran los países que integran la zona euro. En ambos casos existe un aumento importante en la inflación, pues mientras en el primero se estima que ascendería a 6 por ciento, en los países europeos podría llegar hasta a 8 por ciento.
La estrategia que en cada caso se ha adoptado es diferente, ya que en mientras en Estados Unidos se ha relajado la política monetaria, disminuyendo la tasa de interés, y aumentado el déficit público, en la Unión Europea (UE) se ha optado por mantener una política con sesgo restrictivo, aunque se ha apoyado el aumento de la liquidez para hacer frente a las secuelas de la turbulencia financiera internacional. El resultado, hasta el momento, es la debilidad del dólar y la afectación en la balanza comercial de la UE.
El deterioro de las expectativas económicas ha alcanzado también a los países que conforman el grupo Asia 5, integrado por China, India, Indonesia, Japón y Corea, que muestran a contracción del 1.5 para el primer semestre del año respecto al mismo período del año anterior. En caso de los dos primeros países, se manifiesta en el mes de junio una inflexión en su curva de crecimiento, con un descenso de 0.8 y 1.5 puntos, respectivamente, aunque todavía su ritmo de expansión productiva continúa siendo espectacular.
En el caso de América Latina, que ha podido sortear con una menor afectación el entorno mundial desfavorable, el país que muestra un mejor desempeño es Brasil, pues durante el primer semestre del año su producción aumentó en 1.4 puntos, siendo junio un mes de fuerte expansión económica con un índice superior a 0.7 puntos, con una inflación de 6.37 por ciento. A su vez, la otra economía con mejores resultados es la de Chile, con un aumento de cinco puntos en el primer semestre y una inflación esperada para todo el año del 7.5 por ciento.
Por su parte, en México, que había venido resentido la contracción que afecta a su principal socio económico, parece que la estrategia contracíclica adoptada por el Gobierno federal comienza dar resultados, ya que según el último índice adelantado de la actividad económica dado a conocer por el INEGI, la actividad productiva se había expandido en 1.58 puntos, mientras que la inflación, aunque en aumento, se está controlando para que permanezca dentro de los límites establecidos por el Banco de México.
La estrategia mexicana ha permitido que se mantenga el interés de los inversionistas extranjeros para canalizar sus recursos al país, ya que el índice de riego país es el más bajo de las economías emergentes y se ha convertido en un refugio redituable para los flujos externos, con una perspectiva favorable para el tipo de cambio.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n812219.htm
14 de agosto de 2008
Miguel Gonzáñez Ibarra
A pesar de que el precio de los energéticos ha venido descendiendo durante los últimos días y de que los correspondientes a alimentos y materias primas tienden a estabilizarse, el comportamiento de las actividades económicas en los países que tienen mayor incidencia en la producción mundial da muestras de resentir los efectos de la incertidumbre, de la perturbación financiera y del aumento de la inflación, que se refleja en una baja sensible en su ritmo de crecimiento.
La desaceleración económica ha comenzado a manifestarse también en las economías emergentes, aunque en el caso de la región latinoamericana, la solidez de sus economías les ha permitido estar mejor preparadas para sortear el desfavorable ambiente económico internacional y son los países que menos han resentido los efectos en su ritmo de crecimiento.
A fines de la semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organización que agrupa a los países de mayor desarrollo y de la cual México es integrante, dio a conocer los indicadores compuestos anticipados de la actividad económica mundial para el primer semestre del año.
En su conjunto, los indicadores muestran que existe una fuerte desaceleración económica en todo el mundo, que ha venido recrudeciéndose desde el mes de febrero de este año. La tendencia en la reducción de la economía mundial es más pronunciada de lo que inicialmente se preveía, por lo que se piensa que pudiera convertirse en una franca recesión con presiones inflacionarias, como parece ser ya el caso que se presenta en Japón.
Para todos los países que conforman la OCDE la actividad económica a junio de este año ha sido menor, en promedio, en cinco puntos respecto de lo que registraron durante el primer semestre de año pasado; pero el dato que corresponde solamente al mes de junio muestra que la desaceleración fue de 0.6 puntos respecto al mismo mes de hace un año.
Por su parte, en un análisis por regiones y principales países, se encuentra que la mayor desaceleración se está presentando en Estados Unidos, seguida de cerca por la reducción que muestran los países que integran la zona euro. En ambos casos existe un aumento importante en la inflación, pues mientras en el primero se estima que ascendería a 6 por ciento, en los países europeos podría llegar hasta a 8 por ciento.
La estrategia que en cada caso se ha adoptado es diferente, ya que en mientras en Estados Unidos se ha relajado la política monetaria, disminuyendo la tasa de interés, y aumentado el déficit público, en la Unión Europea (UE) se ha optado por mantener una política con sesgo restrictivo, aunque se ha apoyado el aumento de la liquidez para hacer frente a las secuelas de la turbulencia financiera internacional. El resultado, hasta el momento, es la debilidad del dólar y la afectación en la balanza comercial de la UE.
El deterioro de las expectativas económicas ha alcanzado también a los países que conforman el grupo Asia 5, integrado por China, India, Indonesia, Japón y Corea, que muestran a contracción del 1.5 para el primer semestre del año respecto al mismo período del año anterior. En caso de los dos primeros países, se manifiesta en el mes de junio una inflexión en su curva de crecimiento, con un descenso de 0.8 y 1.5 puntos, respectivamente, aunque todavía su ritmo de expansión productiva continúa siendo espectacular.
En el caso de América Latina, que ha podido sortear con una menor afectación el entorno mundial desfavorable, el país que muestra un mejor desempeño es Brasil, pues durante el primer semestre del año su producción aumentó en 1.4 puntos, siendo junio un mes de fuerte expansión económica con un índice superior a 0.7 puntos, con una inflación de 6.37 por ciento. A su vez, la otra economía con mejores resultados es la de Chile, con un aumento de cinco puntos en el primer semestre y una inflación esperada para todo el año del 7.5 por ciento.
Por su parte, en México, que había venido resentido la contracción que afecta a su principal socio económico, parece que la estrategia contracíclica adoptada por el Gobierno federal comienza dar resultados, ya que según el último índice adelantado de la actividad económica dado a conocer por el INEGI, la actividad productiva se había expandido en 1.58 puntos, mientras que la inflación, aunque en aumento, se está controlando para que permanezca dentro de los límites establecidos por el Banco de México.
La estrategia mexicana ha permitido que se mantenga el interés de los inversionistas extranjeros para canalizar sus recursos al país, ya que el índice de riego país es el más bajo de las economías emergentes y se ha convertido en un refugio redituable para los flujos externos, con una perspectiva favorable para el tipo de cambio.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n812219.htm
Productividad, reto para México
El Sol de México
7 de agosto de 2008
Miguel González Ibarra
En el complejo y desfavorable entorno en el que se desenvuelve actualmente la economía mexicana y que espera se extienda cuando menos a los próximos doce meses, las autoridades hacendarias y monetarias han adoptado una serie de medidas para evitar que se desborde la inflación, que pudiera convertirse en un proceso descontrolado de incrementos generalizados en los precios. Por su parte, para mitigar la desaceleración económica se decidió aumentar el gasto público en obras de infraestructura que induzcan una mayor inversión privada.
La estrategia así definida para enfrentar la fuerte contracción que sufre la economía norteamericana, principal destino de nuestras exportaciones, y ante el choque que significa el incremento mundial de los precios de los hidrocarburos y de los alimentos, debe también tomar en cuenta los efectos contraproducentes que se generan en algunas actividades económicas y para algunos de los sectores de población. Adicionalmente, se deben sortear los obstáculos y resistencias que se presentan y que podrían llegar a nulificar los esfuerzos de la política anticíclica y antiinflacionaria.
La divergencia que se ha producido entre la política monetaria y fiscal de Estados Unidos con la de nuestro país es uno de los principales factores que están generando el fortalecimiento del peso contra el dólar y frente a la mayoría de las divisas de los principales países. Mientras el Banco de México ha decidido mantener el sesgo restrictivo en la política, con un posible incremento adicional, en este mes, de un cuarto de punto porcentual en la tasa de interés de referencia, la Reserva Federal ha disminuido su tasa de interés y decidió mantenerla en un nivel sensiblemente menor a la inflación esperada en Estados Unidos.
De tal manera, los inversionistas que continúan con una fuerte aversión al riesgo que se mantiene en los mercados internacionales ante la turbulencia financiera desatada a principio de este año, han encontrado en nuestro país un refugio seguro y rentable para colocar sus capitales, con lo que se ha nulificado la decisión de Banco de México de suspender las subastas de dólares, medida que buscaba inducir una corrección en la cotización del peso.
Aunque el tipo de cambio actual encarece los productos mexicanos en el exterior, una depreciación del peso no garantiza que se dinamice la producción de la oferta exportable, ya que el comportamiento de los consumidores norteamericanos es de una gran cautela. En lugar de inducir una fuerte corrección en el tipo de cambio, mediante una intervención en el mercado cambiario o mediante una disminución en la tasa de interés, lo que pondría en riesgo el control inflacionario, la economía mexicana debe enfrentar el reto de aumentar sensiblemente su productividad en todos los sectores, lo cual concierne tanto a las empresas e instituciones financieras como a la propia administración pública.
En el caso del Gobierno, el programa de apoyo a las obras de infraestructura que pretende llevarse a cabo mediante el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), fideicomiso instituido en Banobras, ha estado enfrentando la serie de medidas burocráticas que obstaculizan la generación y autorización de los proyectos de inversión. Además de hacer una revisión para simplificar la normatividad, se deben también unificar los lineamientos y criterios que rigen a la inversión pública y hasta los trámites que deben seguirse para ejercer la inversión. En este sentido, se podría aumentar la productividad de la administración pública, además de las medidas que todavía no se han emprendido para favorecer el establecimiento de empresas y el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
Finalmente, entre los retos que provienen de los obstáculos y resistencias que se están generando, se encuentra la actitud que están tomando los bancos ante la disminución de su rentabilidad por las reservas adicionales que tienen que crear ante el aumento de la cartera vencida. En lugar de cambiar su perfil de riesgo, con préstamos a actividades productivas y a proyectos que tengan la finalidad de aumentar la productividad, han tomado el camino de proteger su rentabilidad mediante el aumento de comisiones y de los intereses que cargan para algunos de sus productos crediticios. Estas medidas, además de adolecer de una visión de corto plazo, atentan contra la solidez en el largo plazo al inducir un mayor aumento en la morosidad y poner en riesgo una mayor bancarización de la economía.
Una vez definida la estrategia, se debe tener no sólo la capacidad de ejecutarla eficientemente, sino también de hacer frente a los efectos secundarios y a los obstáculos y reticencias, lo cual obliga a poner nuevamente énfasis en las medidas que promuevan el incremento en la productividad.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n803282.htm
7 de agosto de 2008
Miguel González Ibarra
En el complejo y desfavorable entorno en el que se desenvuelve actualmente la economía mexicana y que espera se extienda cuando menos a los próximos doce meses, las autoridades hacendarias y monetarias han adoptado una serie de medidas para evitar que se desborde la inflación, que pudiera convertirse en un proceso descontrolado de incrementos generalizados en los precios. Por su parte, para mitigar la desaceleración económica se decidió aumentar el gasto público en obras de infraestructura que induzcan una mayor inversión privada.
La estrategia así definida para enfrentar la fuerte contracción que sufre la economía norteamericana, principal destino de nuestras exportaciones, y ante el choque que significa el incremento mundial de los precios de los hidrocarburos y de los alimentos, debe también tomar en cuenta los efectos contraproducentes que se generan en algunas actividades económicas y para algunos de los sectores de población. Adicionalmente, se deben sortear los obstáculos y resistencias que se presentan y que podrían llegar a nulificar los esfuerzos de la política anticíclica y antiinflacionaria.
La divergencia que se ha producido entre la política monetaria y fiscal de Estados Unidos con la de nuestro país es uno de los principales factores que están generando el fortalecimiento del peso contra el dólar y frente a la mayoría de las divisas de los principales países. Mientras el Banco de México ha decidido mantener el sesgo restrictivo en la política, con un posible incremento adicional, en este mes, de un cuarto de punto porcentual en la tasa de interés de referencia, la Reserva Federal ha disminuido su tasa de interés y decidió mantenerla en un nivel sensiblemente menor a la inflación esperada en Estados Unidos.
De tal manera, los inversionistas que continúan con una fuerte aversión al riesgo que se mantiene en los mercados internacionales ante la turbulencia financiera desatada a principio de este año, han encontrado en nuestro país un refugio seguro y rentable para colocar sus capitales, con lo que se ha nulificado la decisión de Banco de México de suspender las subastas de dólares, medida que buscaba inducir una corrección en la cotización del peso.
Aunque el tipo de cambio actual encarece los productos mexicanos en el exterior, una depreciación del peso no garantiza que se dinamice la producción de la oferta exportable, ya que el comportamiento de los consumidores norteamericanos es de una gran cautela. En lugar de inducir una fuerte corrección en el tipo de cambio, mediante una intervención en el mercado cambiario o mediante una disminución en la tasa de interés, lo que pondría en riesgo el control inflacionario, la economía mexicana debe enfrentar el reto de aumentar sensiblemente su productividad en todos los sectores, lo cual concierne tanto a las empresas e instituciones financieras como a la propia administración pública.
En el caso del Gobierno, el programa de apoyo a las obras de infraestructura que pretende llevarse a cabo mediante el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), fideicomiso instituido en Banobras, ha estado enfrentando la serie de medidas burocráticas que obstaculizan la generación y autorización de los proyectos de inversión. Además de hacer una revisión para simplificar la normatividad, se deben también unificar los lineamientos y criterios que rigen a la inversión pública y hasta los trámites que deben seguirse para ejercer la inversión. En este sentido, se podría aumentar la productividad de la administración pública, además de las medidas que todavía no se han emprendido para favorecer el establecimiento de empresas y el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
Finalmente, entre los retos que provienen de los obstáculos y resistencias que se están generando, se encuentra la actitud que están tomando los bancos ante la disminución de su rentabilidad por las reservas adicionales que tienen que crear ante el aumento de la cartera vencida. En lugar de cambiar su perfil de riesgo, con préstamos a actividades productivas y a proyectos que tengan la finalidad de aumentar la productividad, han tomado el camino de proteger su rentabilidad mediante el aumento de comisiones y de los intereses que cargan para algunos de sus productos crediticios. Estas medidas, además de adolecer de una visión de corto plazo, atentan contra la solidez en el largo plazo al inducir un mayor aumento en la morosidad y poner en riesgo una mayor bancarización de la economía.
Una vez definida la estrategia, se debe tener no sólo la capacidad de ejecutarla eficientemente, sino también de hacer frente a los efectos secundarios y a los obstáculos y reticencias, lo cual obliga a poner nuevamente énfasis en las medidas que promuevan el incremento en la productividad.
miggoib@unam.mx
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n803282.htm
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